Existen varias razones por las que la Navidad y Año nuevo son una época poco deseada para algunos, además de temida y evitada.
La depresión en la Navidad y el año nuevo, ocurre por no saber como expresar afecto, lo que conlleva a querer demostrarlo haciendo gastos innecesarios que en muchas ocasiones traen más problemas, sobre todo problemas económicos, o bien porque las personas se crean altas expectativas en lo que se les va a regalar y al no cumplirse se sienten tristes y decepcionadas.
En algunos casos puede ser porque las personas tuvieron en su infancia malas experiencias antes y/o durante las fiestas, asi que se encuentran predispuestos a pasarla mal.
Otra razón es que los recuerdos de navidades y años nuevos anteriores se apoderan de nuestra mente, recuerdos que fueron muy dolorosos para nosotros: una enfermedad, el rompimiento de relaciones amorosas o amistosas, la lejanía de un ser querido, cambios de localidad, pérdida de trabajo, etc.
El hecho de revivir esos recuerdos hace que volvamos a experimentar las mismas emociones que sufrimos en su momento, provocando que en algunos casos sobrevengan las depresiones.
Para otros quizás son fechas que nostálgicamente los remontan a otras pasadas en las que no tenían grandes problemas y en cambio ahora se sienten tan abrumados y decepcionados.
La gente que se deprime en la temporada navideña y que coincide con el fin de año, se pone a evaluar los logros y fracasos del año fijándose sólamente en aquello que no pudieron lograr.
Se cree también que otro factor que contribuye a la depresión decembrina es un desorden estacional conocido como SAD (Desorden Afectivo de Temporada), éste lo sufren algunas personas cuando experimentan una reducción en la exposición a la luz del día, asi que los días cortos de invierno contribuyen a que la persona se sienta desanimada.
La depresión en la Navidad y el año nuevo, ocurre por no saber como expresar afecto, lo que conlleva a querer demostrarlo haciendo gastos innecesarios que en muchas ocasiones traen más problemas, sobre todo problemas económicos, o bien porque las personas se crean altas expectativas en lo que se les va a regalar y al no cumplirse se sienten tristes y decepcionadas.
En algunos casos puede ser porque las personas tuvieron en su infancia malas experiencias antes y/o durante las fiestas, asi que se encuentran predispuestos a pasarla mal.
Otra razón es que los recuerdos de navidades y años nuevos anteriores se apoderan de nuestra mente, recuerdos que fueron muy dolorosos para nosotros: una enfermedad, el rompimiento de relaciones amorosas o amistosas, la lejanía de un ser querido, cambios de localidad, pérdida de trabajo, etc.
El hecho de revivir esos recuerdos hace que volvamos a experimentar las mismas emociones que sufrimos en su momento, provocando que en algunos casos sobrevengan las depresiones.
Para otros quizás son fechas que nostálgicamente los remontan a otras pasadas en las que no tenían grandes problemas y en cambio ahora se sienten tan abrumados y decepcionados.
La gente que se deprime en la temporada navideña y que coincide con el fin de año, se pone a evaluar los logros y fracasos del año fijándose sólamente en aquello que no pudieron lograr.
Se cree también que otro factor que contribuye a la depresión decembrina es un desorden estacional conocido como SAD (Desorden Afectivo de Temporada), éste lo sufren algunas personas cuando experimentan una reducción en la exposición a la luz del día, asi que los días cortos de invierno contribuyen a que la persona se sienta desanimada.