Sentirse culpable por todo lo que le pasa en su vida, puede convertirse en una emoción autodestructiva.
“Todo lo malo que me ha pasado en la vida me
lo merezco (...) no me siento un buen ejemplo para mis hijos, por eso no
viven conmigo y no los veo”, reveló hace unos días la ex vedette Lucy Cabrera,
en un programa de televisión que terminó por desnudar sus sentimientos
de culpabilidad por conductas que marcaron su vida y que, según ella,
nunca se las perdonará.
Sin embargo, ¿hasta qué límite el sentimiento de culpa deja de ser
una consecuencia de un acto inadecuado, para convertirse en una emoción
destructiva? Para la psicoterapeuta de la clínica ‘Internacional’, Liliana Tuñoque, las raíces de la culpa
pueden rastrearse desde la infancia, sobre todo si la persona tuvo que
lidiar con padres que le impusieron una fuerte carga de responsabilidad y
que la hacía sentir culpable por cualquier cosa que ella, o quienes
estaban a su cargo, hacían mal. Esto, en la etapa adulta, termina por
desarrollar una ‘vocación’ por este sentimiento negativo, ya que estas
personas no solo se sienten mal por lo que han hecho, sino incluso por
lo que podrían llegar a hacer.
“Obviamente todos cometemos errores de los cuales no estamos
orgullosos, pero mirar al pasado constantemente recriminándose las
equivocaciones, supone un gasto de energía innecesario, ya que llenamos
la mente de pensamientos negativos y alimentamos una baja autoestima que
no permite mirar el futuro con optimismo. En esta situación, la persona
no se valora, descuida su imagen personal y surge la depresión. Lo
ideal es compartir con una tercera persona el sentimiento de culpa para
poder liberarlo, y recurrir a un especialista que le brinde un abordaje
terapéutico para revalorarse”, sentencia la especialista.
http://trome.pe/familia/1474827/noticia-yo-siempre-tengo-culpa
http://trome.pe/familia/1474827/noticia-yo-siempre-tengo-culpa