Padres creen que al permitir que los chicos beban alcohol en el hogar pueden controlarlos, pero es un error.
“Mejor que tome en casa, así lo controlo”. Esta es una frase que hemos escuchado decir a los padres de familia decenas de veces, al consentir que sus hijos adolescentes beban alcohol en casa. Sin embargo, esto no sería prudente porque el licor siempre los daña.
“Esta respuesta es como un consuelo para los papás, como no pueden controlar que el hijo beba afuera, lo dejan tomar en casa como para poner un poquito de autoridad, sabiendo que no es correcto que un adolescente se inicie a temprana edad en este hábito, porque le causa daños al cerebro, al cuerpo y puede crear adicción”, explica Liliana Tuñoque, psicóloga de la Clínica Internacional.
La especialista indica que, a esta edad, no sirve tampoco la frase “hay que enseñarles a beber responsablemente”, porque lo mejor es que aprendan a decir ¡no! al alcohol, y para esto los padres deben hablarles y explicarles a sus hijos sobre los daños que les produce consumir estas bebidas a su corta edad.
“Lo mejor es que el menor esté informado. No es que papá o mamá diga que el alcohol es malo o “no tomes porque no quiero”. Enséñeles las investigaciones clínicas que refuerzan lo que se dice sobre el alcohol. Para esto hay que generar confianza en los chicos, explicarles de todo, de forma clara y real. Si no se lo dice usted, recurrirá a sus amigos, y algunos no son tan buenos”, advierte.