Muchos padres se preocupan cuando
ven y oyen a sus hijos hablar con
muñecos, osos de peluche, cosas o
‘seres’ invisibles. Piensan que tienen
algún problema, pero eso no es así.
Tranquila.
La figura que los acompaña es el
‘amigo imaginario’ y es normal
que lo tengan hasta los 3 años.
En esta etapa, sostiene Liliana
Tuñoque, psicoterapeuta de Urología Peruana, el menor empieza a
desarrollar un mundo de fantasía
paralelo a la realidad en la que
vive. Y no hay por qué asustarse ni
angustiarse, es parte de su crecimiento.
La labor de los padres es conversar
con su niño y ayudarlo a diferenciar la
fantasía de la realidad.
Explícale que está bien que tenga un
amiguito imaginario, pero eso no debe
provocar que se aísle. Dile: “Este es tu
muñeco, tu amigo de muchos juegos
pero mira, aquí está tu primito que
también quiere compartir momentos
divertidos contigo”.
BENEFICIOS
- Refuerza su imaginación y creatividad.
- De cierta forma, le da más seguridad porque sentirá que no está solo.
- Entenderá mejor el punto de vista de los demás, ya que al crear un diálogo con su amigo imaginario sabrá lo que al otro no le gusta.
CONSEJO
Interésate por este amigo imaginario.
Muchas veces los niños, a través de
sus juegos, expresan sus vivencias y
temores. Es la oportunidad perfecta
para acercarte más a su lado emocional
y reforzar el vínculo padre-hijo.